¿Es posible pintar con café?

Está claro que el café es una bebida deliciosa y aromática pero las mentes más creativas siempre son capaces de ver algo más en todas las cosas y, algunos artistas como la inglesa María A. Aristidou, han sabido ver el potencial estético del café dando como resultado unas excelentes acuarelas de cálidos tonos y gran calidad visual.

Pintar con café es una interesante alternativa a cualquier otra técnica artística de medio acuoso como es la tinta, el temple o la témpera. El resultado de esta técnica tan orgánica es una acuarela en la cual se sustituyen los pigmentos tradicionales por el polvo de café molido jugando así con una amplia gama de matices en un único tono.

Aquellos que se deciden a pintar con café tienen la oportunidad de vivir una experiencia que invade todos los sentidos puesto que al trabajo se añade el delicioso aroma de la infusión y, para los amantes de esta bebida, se convierte en una jornada prácticamente imposible de pasar sin una taza de café en la mano.

Si te decides a utilizar esta interesante técnica solo necesitarás café molido, pinceles de distinto grosor, plumilla y cualquier otra herramienta útil para aplicar la pintura. El soporte debe ser resistente al agua por lo que no sirve cualquier papel, es recomendable optar por libretas de dibujo específicas para acuarelas o papeles individuales de iguales características.

También será necesario un pequeño contenedor de agua limpia, papel absorbente sobre el que secar el exceso de café aplicado o corregir de forma puntual algún error, una paleta de acuarelas para disponer todos los tonos y un papel secante para ir probando las mezclas antes de aplicarlas definitivamente sobre la obra.

Si no tienes una gran experiencia en este tipo de trabajos se recomienda hacer un boceto previo a lápiz y comenzar a aplicar el color de una forma muy conservadora y cuidadosa con tonos muy claros. Poco a poco, cuando el resultado se vaya haciendo visible se va añadiendo fuerza a la composición endureciendo los tonos y oscureciendo las zonas que así lo requieran. Para conseguir los tonos más intensos en cuanto a oscuridad será necesario superponer capas, para ello, asegúrate de que la aplicación previa está totalmente seca y realiza los trazos con seguridad sin insistir mucho sobre la zona. El constante roce de la herramienta sobre el papel húmedo puede dañarlo y echar a perder toda la obra.