Menú ligero para Navidad

Las fiestas suelen traer consigo un desequilibrio en la dieta acompañado de grandes atracones con exceso de alcohol y un extra de dulces o chocolates.

Si se hace de vez en cuando, una comida algo más copiosa no conlleva ningún peligro ni tiene consecuencias más allá de una digestión pesada, sin embargo, pasar toda la Navidad de comilona en comilona suele pasar factura con unos cuantos kilos de más y la necesidad de una posterior dieta de purificación.

Para evitar este clásico en muchas casas navideñas es interesante optar por comidas de digestión ligera y con un bajo contenido calórico que aporte nutrientes de calidad al organismo sin suponer un exceso. No se trata de hacer una dieta estricta durante la Navidad, sino de alimentarse con inteligencia y usando la razón para favorecer a nuestro cuerpo y evitar la dieta después de las fiestas.

Esto es posible porque existe una gran diversidad de platos sencillos de preparar y deliciosos que son capaces de vestir una mesa elegante y satisfacer a los invitados sin necesidad de aportar un contenido calórico exagerado. Este menú es solo un ejemplo de alimentación sana y sabrosa con la que disfrutar de forma sana sin pasar hambre.

Sopa de cebolla como primer plato. Solo hay que cocinar lentamente una cebolla picada en un poco de mantequilla, añadir sal, pimienta, laurel y un litro de caldo o agua para, después de hervir durante unos minutos, conseguir un plato delicioso y bajo en calorías que se sirve en un tazón con queso gratinado flotando sobre una fina rebanada de pan tostado.

Como segundo plato lubina al horno. Se trata de un pescado sano y ligero de sabor suave que, al ser cocinado al horno, aporta pocas calorías y prácticamente nada de grasa. Cocinado tan solo con un poco de sal y algunas rodajas de limón, se hace especialmente sabrosa al añadir un poco de aceite crudo con ajo machacado.

El postre pide dulce y se puede conseguir sirviendo unas peras al vino tinto. Se trata de una receta sencilla de cocinar y barata que aporta el sabor dulce del azúcar, el delicioso aroma del vino tinto, la canela y las especias que cada uno desee añadir, así como la suavidad de textura de la pera.

Acabar con infusiones como el té o el café verde será la guinda perfecta para un menú completo que no renuncia a la elegancia requerida por este tipo de reunión.